La revolución de la inteligencia artificial ha llegado a todos los sectores. Y la asesoría no iba a ser uno exento. ¿Puede la inteligencia artificial conocer la normativa vigente y dar respuestas personalizadas a nuestro equipo y nuestros clientes en menos tiempo y con mayor calidad que una persona? hoy vamos a ver cómo ya es posible.
Cómo funciona la IA
La inteligencia artificial es como un cerebro de ordenador. Se alimenta con datos y patrones para aprender a hacer tareas, como reconocer imágenes o responder preguntas. Luego usa ese aprendizaje para tomar decisiones o resolver problemas, imitando la inteligencia humana pero con números y algoritmos. De hecho, este párrafo lo ha escrito ChatGTP al pedirle «Explícame de forma sencilla y en menos de 50 palabras cómo funciona la inteligencia artificial».
¿Podría entonces una inteligencia artificial aprender la legislación fiscal y laboral y ser capaz de resolver dudas eficazmente como lo haría una persona? Sí, podría.
Aunque el nivel de fiabilidad y calidad de las respuestas depende de un período de entrenamiento durante el que será necesaria la validación humana, y mientras llega ese momento, podemos emplear herramientas de IA que ayuden a nuestro equipo a ahorrar tiempo y dinero. Básicamente, en lugar de pasar horas buceando entre bases de conocimientos jurídicas lanzas unas pocas preguntas y obtienes las respuestas o llega a la fuente adecuada de información ahorrando las decenas de horas en las que estás buscando erróneamente. Esto significa un aumento inmediato de la productividad. Incluso antes de llegar al nivel de respuesta completa y segura.
Herramientas de IA para asesores
Hemos organizado las herramientas de mayor especialización y facilidad de implantación a menor especializada y mayor dificultad de implantación, entendiendo dificultad como la complejidad técnica, en tiempo y esfuerzo económico para ello y la especialización como el enfoque de la solución hacia un mercado generalista (o más enfocado en bufetes de abogados) o 100% orientado a asesorías.
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Conclusiones
La inteligencia artificial avanza rápido. En competencias transversales como la comprensión de texto, generación de contenidos y apoyo en actividades de marketing y comunicación ya es completamente funcional y debemos aprovechar su implantación.
En competencias técnicas y específicas de asesoría todavía las funciones son algo más limitadas y no existe un conjunto de herramientas de fácil implantación más allá de las enumeradas en el artículo. Ahora bien, las que existen pueden suponer un impacto considerable en tu productividad y debes valorar implementarlas lo antes posible.
Si te gusta «trastear» te invito a probar las opciones recomendadas en este artículo para construir algún producto mínimo viable que te ayude a aumentar la eficiencia de tus procesos.
Por último, si eres de los que siente ansiedad por esta revolución, piensa que no es algo muy diferente a lo que se vivió en revoluciones tecnológicas anteriores como con la invención de la electricidad o internet. En cualquier revolución surgen amenazas, pero también oportunidades. Atormentarte con las primeras o aprovechar las segundas está en tus manos.
El propio término «crisis», derivado del griego ‘krisis’, se presenta como un punto crucial en la evolución de una situación, marcando el momento en que se despliegan oportunidades para el cambio, la transformación y el crecimiento.
En lugar de ser percibida únicamente como un periodo de dificultades, la crisis puede ser vista como una encrucijada emocionante donde se revelan nuevas perspectivas y se abren camino hacia soluciones innovadoras. Esta connotación positiva nos recuerda que la crisis impulsa la adaptación y el fortalecimiento, invitándonos a abrazar el desafío y a descubrir nuestro potencial latente.
Espero que te haya servido y recuerda que la sabiduría real emerge cuando el conocimiento se fusiona con la acción. Acumular información sin aplicarla sería como recoger tesoros y dejarlos olvidados en el fondo del mar del potencial humano. Así que ¡manos a la obra que es momento de implementar!